La teoría del sabor niño-adulto
¿Por qué de adultos amamos la comida que de niños odiábamos? El caso del tomate
El gusto evoluciona con el tiempo
Cuando somos niños, nuestras papilas gustativas están mucho más sensibles a ciertos sabores, especialmente a los amargos o ácidos, lo que hace que alimentos como el tomate resulten desagradables. Además, nuestro paladar busca lo dulce, ya que es un indicativo natural de alimentos seguros para consumir. Por eso, muchos niños prefieren los sabores dulces y rechazan aquellos que les resultan más "difíciles", como el de las verduras o frutas ácidas.
A medida que crecemos, nuestras papilas gustativas pierden sensibilidad, y empezamos a tolerar e incluso disfrutar de sabores que antes nos parecían demasiado intensos. Es por eso que, de adultos, el tomate pasa de ser algo desagradable a un alimento delicioso y esencial en muchas de nuestras comidas.
El factor emocional y la experiencia
Los sabores que rechazamos de niños pueden convertirse en los que más nos gustan por otro motivo: la experiencia. A lo largo de nuestra vida, acumulamos recuerdos y emociones asociados a la comida. El tomate, por ejemplo, puede empezar a gustarnos después de probarlo en una receta específica o un platillo que nos trae buenos recuerdos. La comida tiene la capacidad de evocar emociones, y nuestra percepción de los sabores cambia en función de las experiencias que vivimos. Es por eso que en base a esos recuerdos nosotros creamos una receta sencilla del pollo a la brasa que ataca el hipocampo que a los millenials les hará el corazón agua porque evocará sus recuerdos de la niñez.
La cocina es un viaje de descubrimiento
Esto es lo fascinante de la gastronomía: los gustos no son estáticos, evolucionan junto con nosotros. Lo que de niños no nos gustaba puede convertirse en una parte esencial de nuestra alimentación como adultos, simplemente porque hemos aprendido a apreciar su sabor y a integrarlo en nuestra vida de diferentes maneras.
Así que, la próxima vez que te sientas disfrutando de un alimento que de niño rechazabas, recuerda que tu paladar ha crecido contigo, y lo que antes te resultaba extraño o desagradable, ahora es parte de una experiencia culinaria más rica y compleja.
Y todo es un recuerdo del sabor que funciona como la creatividad a más experiencias, más formas de conexión e entrelazar los sabores habrá.........