Las primeras experiencias sensoriales con la comida
un viaje que define nuestro paladar
El primer contacto con los sabores
Nuestras primeras experiencias sensoriales con la comida ocurren mucho antes de lo que imaginamos. Desde el vientre materno, comenzamos a percibir ciertos sabores a través del líquido amniótico. Los estudios han demostrado que los sabores que una madre consume durante el embarazo, como el ajo o las zanahorias, pueden influir en las preferencias alimenticias del bebé después del nacimiento. Alguna vez escucharon decir a alguna madre decir cuando estuve embarazada de tal persona me dio por comer .....tala alimento y oh que casualidad que a sus hijos amen este producto alimenticio en si.
Cuando comenzamos a probar alimentos sólidos por primera vez, nuestras papilas gustativas están en su punto más sensible. Cada bocado es una explosión de nuevas sensaciones: dulce, salado, ácido, amargo. El primer sorbo de leche, la primera cucharada de puré de frutas o la textura de una galleta, todo contribuye a la creación de nuestras primeras memorias gustativas.
La importancia de la textura
No solo el sabor es importante en estas primeras experiencias; la textura también juega un rol fundamental. Como tu primer coqueteo con los erizos, la pota o las machas eran texturas que recién estabas aprendiendo a degustar y al principio naturalmente no hacen clic pero el tiempo nos dice que terminamos amándolas. De niños, aprendemos a asociar ciertas texturas con el placer o el rechazo. Un puré suave puede ser reconfortante, mientras que una textura granulosa puede resultar desagradable. A lo largo de nuestra vida, estas primeras sensaciones texturales permanecen con nosotros, influyendo en nuestras preferencias como adultos.
El poder del aroma
El olfato está estrechamente vinculado con nuestras primeras experiencias con la comida. Como no recordar el beso de mi madre cuando llegaba del colegio que venía acompañado de un abraso con las manos llenas de un olor magnifico de cebollas, ajos y alguna especia si señores era el poder del olor del adereso. Los aromas que nos rodean en la infancia, como el olor del pan recién horneado o el perfume de las hierbas frescas, tienen la capacidad de crear recuerdos poderosos. El aroma es quizás el sentido más evocador, ya que puede transportarnos instantáneamente a un lugar o momento específico. Este vínculo entre olfato y memoria es clave para nuestra relación emocional con la comida. El enólogo justamente por eso adiestra su olfato, porque el olor es el conducto más fuerte para el saber del origen de la uva, con la cual se preparó algún vino. no es un truco ni magia solo que ellos por el olor a algún tipo de moho que crece específicamente en alguna parra es el detonante para saber cuál es tal sepa.
Creando vínculos emocionales con los alimentos
Las primeras comidas no solo son una experiencia sensorial, sino también una experiencia emocional. Eran otras épocas en donde la abundancia no atiborraba y uno de los máximos trofeos era recibir la olla de cocolón de arroz con leche ya que eso era un manjar aún más delicioso que el mismo postre, para ganar dicho manjar deberías haber cumplido ciertos deberes hacer tu tarea, comportarse bien, comer toda la comida así sea algo que no te gusta y hacer algún que hacer de la casa esas cosas era lo único que podía garantizar la olla de oro. Al comer, no solo probamos sabores o sentimos texturas, también comenzamos a formar conexiones emocionales. La comida que compartimos en familia, las celebraciones o las recompensas en forma de un dulce especial crean asociaciones emocionales profundas con los alimentos. Estos primeros momentos se quedan grabados en nuestro paladar y en nuestro corazón.
Un viaje que nunca termina
Nuestras primeras experiencias sensoriales con la comida son solo el comienzo de un viaje que continúa toda la vida. A medida que crecemos, seguimos explorando, probando y descubriendo nuevos sabores y texturas que enriquecen nuestra relación con la comida. Sin embargo, esas primeras experiencias marcan una huella duradera, influenciando nuestros gustos y preferencias de manera sutil pero poderosa.
Dime cuanto has comido en tu vida y te diré el nivel de cocinero que eres.......